El general Javier Iturriaga, comandante en jefe del Ejército, ha tomado la decisión de destituir a los superiores directos del conscripto Franco Vargas, de 18 años, quien lamentablemente falleció el 27 de abril después de un ejercicio de entrenamiento en Putre.
Durante su visita a la región de Arica, Iturriaga comunicó que, con el objetivo de garantizar la transparencia en la investigación en curso, especialmente en lo que respecta a las posibles responsabilidades de mando, ha optado por apartar de sus funciones a los superiores directos del soldado fallecido.
Los destituidos son el comandante de compañía y el comandante del batallón de instrucción en Pacollo, ya que tuvieron un papel fundamental en la planificación y ejecución del ejercicio, explicó Iturriaga.
El general señaló que los superiores continuarán en el Ejército mientras avanza la investigación. Se presume su inocencia hasta que se demuestren sus posibles responsabilidades ante el fiscal militar, la fiscalía o un nuevo ministro en visita designado por la corte marcial.
Iturriaga mencionó que se espera que en los próximos días se concluyan las investigaciones internas del Ejército para que la madre del fallecido pueda recibir los beneficios legales correspondientes. Además, se están llevando a cabo investigaciones médicas sobre dos soldados que se encuentran en estado grave en el Hospital Militar.
Asimismo, se está realizando una investigación para evaluar las condiciones sanitarias y ambientales del terreno y del campamento de instrucción en Pacollo.
El comandante en jefe del Ejército solicitó a la Corte Marcial la designación de un ministro en visita para continuar con el proceso judicial, buscando garantizar la transparencia y la confianza de la ciudadanía en la institución.
Iturriaga admitió que se han producido descoordinaciones internas en el Ejército tras el fallecimiento del conscripto, atribuyéndolas a la naturaleza de las crisis, donde la desinformación y la falta de coordinación suelen ser comunes.
En cuanto a las marchas, el general explicó que los soldados recibieron instrucciones previas con distancias menores de día y de noche para familiarizarse con el equipo y vestuario requeridos para la marcha.
Iturriaga destacó que se sugirió un determinado vestuario para los soldados, pero algunos optaron por variar, utilizando, por ejemplo, la ropa interior, poleras o decidieron prescindir de los guantes en los primeros momentos de la marcha, siendo su elección personal.