Presidente Boric sacrifica a su “fiel escudero” Giorgio Jackson

2 años hace

Al día siguiente de la caída del más cercano colaborador, brazo derecho y compañero en la vida política del jefe de Estado chileno, el Gobierno continúa en la cuerda floja.

A ello se sumó, además, el sobresalto que supuso para su coalición capitular ante las presiones de la oposición, que cortó todo tipo de puentes para hablar de reformas clave de su gestión, como la relativa a las pensiones y el aplazado pacto fiscal, condicionándose todo tipo de diálogo a la salida de Jackson.

La renuncia de Jackson se produce en medio de presiones de la oposición, que anunció que la próxima semana presentarían una acusación constitucional en el Congreso, cuyo objetivo era precisamente el fin de la vida política del ex líder estudiantil de la FEUC y fundador de Revolución democrática, provocando su inhabilitación política por 5 años.

Quien impulsó esto es el Partido Republicano, de extrema derecha, con el apoyo de la derecha tradicional.

Esto forma parte de una investigación que adelanta el Ministerio público sobre posibles delitos como defraudación fiscal, manipulación y malversación de caudales públicos, que involucran a figuras de Revolución Democrática (RD), principal fuerza política de la coalición del mandatario chileno, y a la que pertenece, hasta ahora, el exministro Jackson.

La partida de Jackson no solo es compleja en términos de circunstancias, sino también un duro golpe personal para el presidente Boric.

Los dos son amigos desde hace años y han compartido historias políticas como líderes estudiantiles en las movilizaciones de hace una década, luego como congresistas y, desde que Boric asumió la presidencia en marzo de 2022, como parte de su gabinete.

Por eso, el primer mensaje del Presidente de Chile al enterarse de la renuncia de Jackson fue pragmático y político: “Chile y los habitantes de nuestra patria están primero. Acepto la renuncia de Giorgio Jackson como un gesto de generosidad que ayude a mejorar el clima político y avanzar en las reformas. Como dijo el mismo Giorgio, la gente está cansada de pelear“.

Jackson fue, junto con Boric, uno de los fundadores del Frente Amplio, que agrupa a varios partidos de la coalición gobernante.

La lectura política sugirió que un golpe a Jackson fue un golpe directo a Boric, ya que ambos habían construido carreras juntos e incluso compartieron un apartamento durante su tiempo en el Congreso.

En cierto modo, la destitución de Jackson es un nuevo golpe para la historia del presidente Boric y para los restos de la generación que llegó al poder en marzo de 2022.

Todavía es pronto para evaluar las perspectivas tras la salida de Jackson y qué impacto tendrá sobre Boric y el marco de reformas sociales como el aumento de las pensiones y el pacto fiscal negociado.

Para aquellos sectores que tomaban la causa constitucional contra Jackson, su salida era una condición sin la cual no habría avance en las negociaciones. Dentro de todas las derechas, tanto explicitas (Republicanos y Chile Vamos) como gatopardas (Demócratas, Amarillos e incluso) al igual que figuras descolgadas como Fidel Espinoza, sacar a Jackson es romper el círculo de hierro de Boric.

Ingenuamente, el joven mandatario creyó que la salida del militante RD de Desarrollo Social posibilitaría un entendimiento con las múltiples oposiciones. Pero, fieles a su estilo, las derechas no cumplieron su palabra, y hoy solicitan un cambio de gabinete mayor, lo que se predice como un acorralamiento sistemático que, en las próximas semanas, podría poner en riesgo a Montes (Vivienda), Vallejo (SEGEGOB) y/o cualquier otra figura que interpele al establishment.

El objetivo es claro: no aprobar ninguna de las reformas del Ejecutivo, por más sólidas, mesuradas o abiertas a recoger los argumentos de la oposición. Así, mientras Boric es permanentemente elogiado en el exterior, en su tierra es acorralado hasta en el oficialismo, donde no se ha sabido cuidar y agradecer a quien arriesgó todo su capital político para enfrentar en las elecciones presidenciales al representante de extrema derecha, Jose Antonio Kast.

Por el contrario, parlamentarios socialistas descolgados, militantes frenteamplistas corruptos y asesores de ambas coaliciones que solo fomentan errores no forzados son la tríada que, día a día, alimenta mentes “jiles”, lenguas “espinozas” y frases “bobadillas”. La lapidaria triada no solo hunde la figura de Gabriel Boric, si no también invisibiliza el esfuerzo de quienes sí cumplen el mandato de trabajar y dialogar hasta que duela: Jeannette Jara (Ministra de Trabajo), Juan Carlos García (Ministro de Transporte y Telecomunicaciones), Luis Cordero (Ministro de Justicia), Alberto Van Klaveren (Ministro de Relaciones Exteriores), Carolina Toha (Ministra de Interior) y el implacable Mario Marcel (Ministro de Hacienda). 

 

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